Psicología, terapia, salud, bienestar

LO QUE ES BUENO PARA TI SEGÚN YO.

Nuestras experiencias, nuestro estilo de apego (forma de relacionarnos que aprendemos y solemos llevar a cabo), nuestros códigos, nuestra educación, nuestros valores, nuestras herencias, entre otrxs, configuran nuestros filtros a la hora de percibir el mundo, las situaciones, las personas y a nostrxs.

 

Todo lo descrito en el párrafo anterior, configura a una persona (personalmente hablando), con lo cual a todas las personas de la misma manera, es decir que cada unx estamos formadxs por unas características y no otras.

 

Puede que cuando recomendemos algo a alguien, sea a través de nuestros filtros y nuestra forma de ver el mundo, por lo que probablemente esa recomendación no sea adaptada a las necesidades y deseos específicos de la persona a la que es recomendado, además con la influencia peligrosa de implantar (involuntariamente) ese filtro a esa persona.

 

¿Por qué me refiero a esto como algo peligroso?

 

Muy sencillo, si mi filtro es muy exigente, por ejemplo: “si no vas a ser EL MEJOR en algo,  la mejor decisión es no hacerlo”, algo que podría equivaler también a “siempre va haber alguien mejor que tu y que tendrás más facilidad y/o capacidad”. La solución a esto NO sería: “hazlo aunque no tengas ninguna capacidad”, no es el otro extremo no.

 

Lo que se esconde bajo este planteamiento es un elevado nivel de autoexigencia que traslado al otro que estoy recomendando, en que sin querer (porque quizá lo haya heredado o no soy consciente), no doy valor, ni tengo en cuenta todo lo que soy capaz de hacer y conseguir, aunque no sea EL MEJOR.

 

¿por qué necesitamos ser LOS MEJORES, para llevar a cabo algo que nos gusta? ¿Esa es la razón por la que lo haces, o hay otras que te satisfacen y no necesariamente necesitan ser extraordinarias?

 

Si algo te agrada, tienes la opción y la oportunidad; te apetece hacerlo y aunque no seas el mejor, salen cosas chulas (que te satisfacen) y se cumplen tus objetivos, quizá lo más sensato, es llevarlo cabo, bajo unas expectativas realistas y posibles.

 

Si tu nivel de exigencia te boicotea, en primer lugar, mira a ver si es tuyo y a ti te sirve, también se consciente de si te ayuda a llevar a cabo lo que deseas, o sin embargo te paraliza, puedes analizarlo e intentar equilibrarlo, para ajustarlo a tus verdaderas necesidades y deseos.

 

Si este proceso, no es posible modificarlo de manera sencilla, probablemente necesites ayuda profesional.

 

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